Edgar Snow, mitad de China y mitad de la Humanidad
Así escribió en su testamento a su esposa: "Amo a China, y espero dejar parte de mis restos allí". Hace poco, nuestros reporteros visitaron al escritor de la biografía de Snow, John Hamilton, y él les compartió algunas historias.
Save and Share Tamaño de texto   2009-12-01 10:16:12 CRI

Por sus contactos estrechos con el Partido Comunista de China, Snow sufrió la persecución del macartismo, fue censurado también en los círculos académicos y de prensa, y pasó por grandes apuros. En 1959, toda la familia de Snow se trasladó a Ginebra, Suiza, y permaneció ahí hasta el fallecimiento del periodista. Snow siguió de cerca, incluso en las últimas, la revolución y construcción socialistas de China. Hamilton dijo que Snow fue un periodista sincero y perseverante.

"El rasgo más destacado de Snow es su sinceridad, fue uno de los periodistas más sinceros. Muchos reporteros buscaron la autoprotección en la época macartista, pero Snow no. Él persistió en su propio camino, hecho que ganó el respecto de muchas personas, incluidos sus familiares".

Hamilton dijo que después del fallecimiento de Snow, muchos reflexionaron sobre el trato injusto hacia él. La gente empieza de nuevo a tomar en consideración el valor de Snow.

"Las obras de Snow son muy importantes tanto para los intelectuales como para las personas que quieren conocer China, eso no cabe duda, pues son testimonios importantes de la historia".

Hamilton dijo que para escribir la biografía de Snow, visitó China en varias ocasiones, y pudo ver que el sentimiento y la amistad entre el periodista y el pueblo chino son profundos y para siempre.

"En China mucha gente conoce a Snow y sigue de cerca los asuntos sobre él. Él logró una amistad muy profunda con el pueblo chino".

Hoy, el mausoleo de Snow se levanta silencioso a orillas del lago Weiming de la Universidad de Beijing, donde dio clases. En la lápida mortuoria está inscrito: "Sepulcro de Edgar Snow, amigo norteamericano del pueblo chino". Ese fue el deseo abrigado hace mucho tiempo por el periodista. Su viuda, Lois Wheeler Snow, escribió lo siguiente en su libro "China de Snow": "Tras el fallecimiento de Snow, parte de sus restos están en un verde jardín de la Universidad de Beijing, pues me dijo en su testamento: 'amo China, quiero dejar parte de mí ahí, como en el transcurso de mi vida. También espero dejar otra parte de mis restos al lado del Río Hudson, allí donde desemboca al océano Atlántico para llegar luego a Europa y a otras costas de la Humanidad. Soy parte de la Humanidad, y he conocido personas excelentes de casi todos los continentes' ".


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