China Radio International
(GMT+08:00) 2005-09-13 22:29:40    
El tibetólogo Puqiong Tseren y sus alumnos extranjeros

CRI
En marzo pasado, seis extranjeros procedentes de Japón, Italia, EE.UU. y Corea del Sur se desplazaron a la región autónoma del Tíbet para ponerse bajo la tutela de Puqiong Tseren, un tibetólogo de 38 años con quien durante los próximos dos años estudiarán la lengua y la literatura tibetanas. Todos ellos se sienten muy afortunados, porque no todo aquel que quiere puede matricularse en los cursos semestrales impartidos por el joven profesor tibetano. En efecto, la mayor parte de los interesados en aprender de Puqiong Tseren tienen que conformarse con inscribirse en los cursillos de verano de lengua tibetana que entre mayo y julio organiza la Universidad del Tíbet.

A pesar de su juventud, Puqiong Tseren, nacido en Xigaze, segunda ciudad del Tíbet, es un sobresaliente profesor de la Facultad de Lengua y Literatura Tibetanas de la susodicha universidad. Puqiong Tseren se licenció en lengua y literaturas tibetanas por el Instituto Central de las Nacionalidades en 1992. Seis años después, ingresó en la Universidad de Oslo, Noruega, donde después de cursar estudios sobre la historia del budismo tibetano obtuvo la maestría.

Desde su regreso a su tierra natal en junio del 2001, todos los años numerosos estudiantes tibetanos, han y extranjeros asisten a sus clases de historia del budismo tibetano.

Este verano, Katarina Turpeinen, una joven finlandesa de 30 años, tuvo la suerte de conseguir una plaza en un cursillo para extranjeros. Tras haber aprendido tibetano durante medio año en la Universidad de Helsinki, Katrina fue a estudiar a EE.UU. y se doctoró en tibetología por la Universidad de Virginia. Su ambicioso sueño de convertirse en una buena tibetóloga la llevó finalmente al Tíbet, único lugar que le permitiría sumergirse de lleno en la lengua, la cultura y la vida de la etnia tibetana.

"Mi principal objetivo al venir al Tíbet es elevar el nivel de mi expresión oral. La cultura tibetana y el lamaísmo también me interesan, por supuesto. Estoy haciendo todo lo posible por llegar a ser un tibetóloga de verdad".

Gracias a sus estudios previos, Katarina posee una sólida base que le permite leer libros en tibetano. Su nivel de expresión oral, sin embargo, necesita mejorar. Consciente de ello, Puqiong Tseren considera fundamental practicar la comprensión auditiva de los alumnos. Por eso insiste en utilizar el tibetano como lengua vehicular y anima constantemente a sus alumnos a intentar expresarse en la lengua que están aprendiendo. Por la misma razón, Puqiong Tseren utiliza también medios audiovisuales para presentar a sus alumnos películas y diálogos en tibetano, creando así un entorno que facilita el aprendizaje a los estudiantes que, como Katarina, asisten a cursillos de verano.

Esta joven finlandesa nos comentó que fuera del aula intentaba practicar el tibetano con las gentes del lugar y que ahora su nivel de expresión oral es mucho más alto que cuando estaba en EE.UU.

El horario de Puqiong Tseren es el mismo que el de los demás profesores universitarios: cuatro horas seguidas de clases de lunes a viernes. Además de hacer hincapié en las clases de comprensión auditiva y expresión oral, Puqiong Tseren imparte asignaturas opcionales, como historia del Tíbet y literatura tibetana. Los materiales utilizados en estas clases se extraen de la mayor obra maestra de la literatura tibetana: La vida de Milarepa. Escuchemos lo que nos comentó Puqiong Tseren al respecto:

"Lo que quiero lograr utilizando como material esta obra es ampliar la capacidad de los alumnos para leer y analizar el tibetano antiguo, y aumentar su vocabulario".

Aparte de haber aprendido mucho de Puqiong Tseren, Katarina se siente impresionada por la profesionalidad de su profesor tibetano.

"Nos trata con mucha amabilidad y paciencia, y a menudo verifica si lo hemos entendido. Si le consultamos una duda, nos la explica hasta resolverla. Estoy muy sorprendida con el nivel del profesorado de aquí. La verdad es que no me imaginaba que las clases pudieran ser tan maravillosas."

Zoran Lazovic, un yugoslavo de 42 años, también fue al Tíbet con el propósito de estudiar con el profesor Puqiong Tseren. Previamente había cursado estudios de doctorado en la Universidad de California-Santa Barbara, EE.UU. Zoran siente una gran curiosidad por todo lo relacionado con el Tíbet, pero en particular por su cultura y su religión.

"Cuando tenía 14 o 15 años leí una versión yugoslava de La vida de Milarepa. Milarepa fue un hombre extraordinario que consagró su vida a ayudar a los demás. Su carácter moral me parece admirable".

Zoran empezó a estudiar tibetano hace ocho años, pero no ha podido aprender a hablar hasta después de haber estudiado con Puqiong Tseren. Las palabras que aprendió en la universidad son todas términos budistas; allí no se enseñaban palabras tan sencillas y frecuentes como «ventana», «pared» o «calle». Zoran, que valora mucho esta oportunidad de estudiar en el Tíbet, ha decidido aprovecharla para practicar la comprensión auditiva y la expresión oral.

"Aquí tenemos muchas oportunidades de sumergirnos en la lengua tibetana. Podemos escuchar la radio, mirar la televisión y leer periódicos, todo en tibetano. Además, podemos profundizar en el estudio de la gramática del tibetano antiguo y del moderno".

Este estudiante yugoslavo cuatro años mayor que su maestro nos dijo que el bagaje de conocimientos y amistad adquirido durante su permanencia en el Tíbet es enorme.

Gesang Duoji, empleado de la Oficina de Intercambios y Cooperación con el Exterior de la Universidad del Tíbet, nos explicó que en los últimos años el número de estudiantes extranjeros que se matriculan en cursillos de verano y en cursos semestrales no cesa de aumentar. Sólo en el 2004 dicho número rebasó los noventa.

"La mayoría de los estudiantes extranjeros que vinieron en el 2004 eran estadounidenses, pero se apreció un notable aumento de estudiantes procedentes de otros países, sobre todo de Nueva Zelanda, África del Sur y Suiza".