 Chile fue uno de los primeros países latinoamericanos en establecer lazos comerciales con la nueva China y uno de sus más importantes socios regionales en este respecto. Después del establecimiento de relaciones diplomáticas y, tras una etapa de sostenible desarrollo de las relaciones económicas y comerciales, lo lazos bilaterales entraron en un periodo de pleno apogeo en la década de los 90 del siglo XX. En 2004, el Presidente chino Hu Jintao realizó una visita estatal a Santiago, donde dio inicio a las negociaciones formales para alcanzar un tratado bilateral de libre comercio, lo que marcó la madurez de los nexos económicos y comerciales.
El volumen del comercio bilateral del año 1971, primero tras el establecimiento de relaciones diplomáticas, fue de 14,9 millones de dólares. Pero en 2000 el comercio bilateral obtuvo éxitos alentadores, sobrepasando por primera vez los 2.000 millones de dólares; en 2004 alcanzó 5.000 millones de dólares.
A partir de los últimos años de la década 90 del siglo XX, Chile se convirtió en uno de los más importantes socios comerciales de China en América Latina. Durante los años de 2000 a 2004, Chile se mantuvo de manera estable como tercer socio comercial de China en América Latina, después de Brasil y México. Entre los destinos de las exportaciones chinas, Chile ocupa el cuarto lugar en América Latina, mientras que ostenta el segundo lugar después de Brasil como exportador hacia China.
Durante los años de 2000 a 2004, bajo la influencia de la recesión económica latinoamericana, la exportación china hacia Chile, después de experimentar un período de estancamiento en 2001, empezó a experimentar un alto crecimiento en 2002, con una tasa anual del 23,2 por ciento. En 2004, las exportaciones de China a Chile superaron un monto de 1.600 millones de dólares, registrando un aumento anual de 31,6 por ciento.
Por otra parte, en 2000 Chile atestiguó un notable incremento en la importación de productos chinos, registrando un aumento del 100 por ciento. Durante los cinco años de 2000 a 2004, se produjo un alza en la cifra de exportaciones chilenas a China, registrando un incremento anual del 25 por ciento.
China importó sobre todo materias primas como cobre, nitro, pasta de papel, madera, papel y harina de pescado. En los últimos años China importó además vino, algas marinas, sulfato potásico y cierta cantidad de fruta, a la vez que reinició la importación de mineral de hierro y yodo.
Aunque en el esquema bilateral de importación y exportación, predominan las materias primas o productos de bajo contenido tecnológico, los mismos son complementarios y convenientes a ambos mercados. En los últimos años se ha elevado el porcentaje de productos electromecánicos y electrodomésticos en la exportación de China al mercado chileno, a la vez que se ha elevado la calidad de los productos textiles y confecciones exportados a Chile.
Asimismo, la cooperación comercial y económica entre China y Chile cuenta con amplias perspectivas.
La inversión de Chile en China está en aumento. Hasta fines de 2003, Chile había invertido en 67 proyectos chinos, lo que involucraba 66,35 millones de dólares contratados, ocupando un 2,4 por ciento de la totalidad de inversión contratada de los países latinoamericanos y caribeños en China. Chile ha invertido 39,91 millones de dólares, lo que representa un 4,3 por ciento del total de capital colocado por los países arriba mencionados. La inversión de empresas chilenas en China se sitúa en los sectores de transporte fluvial, vestimenta, química, material de construcción, alimento y metal.
Además, CSAV, empresa de transporte marítimo de Chile, ha invertido 38millones de dólares en la compra de NORASIA (empresa suiza) para dedicarse, desde su sede general en Shanghai, al servicio de transporte entre el Norte de América y los países de Asia oriental como China, Japón y Corea del sur.
Al mismo tiempo, aumenta el flujo de capital que China invierte en Chile. Según cálculos del Ministerio de Comercio de China, hasta fines de 2003, China ha instalado 19 empresas, casi todas comerciales, en Chile, con una inversión de 24.620.000 dólares. Además, China tiene también algunas empresas privadas en Chile, la mayoría de las cuales corresponde a empresas de escala mediana y pequeña dedicadas a la importación y la exportación.
A comienzos de la década de los 80 del siglo XX, algunas empresas chinas iniciaron su servicio de contrato laboral en Chile, pero no lograron grandes avances. La cooperación bilateral en otros terrenos del comercio de servicios quedó por realizarse, por eso cuenta con gran potencialidad.
En los últimos años ha crecido el interés por el desarrollo de la minería de Chile. Si las empresas chinas logran éxito en los proyectos de minas de cobre, la cooperación económica y tecnológica entre ambos países sufrirá un vuelco positivo y se optimizará la estructura de comercio bilateral.
La incorporación de China en la OMC ha significado un creciente flujo de empresas transnacionales hacia el país, a la par que una mayor producción en el país, en medio de una situación de la economía mundial nada promisoria.
Durante la visita estatal que realizó en noviembre de 2004 en Chile, el Presidente chino Hu Jintao encabezó, junto con el Presidente chileno el inicio de negociaciones sobre la zona de libre comercio entre ambos países. Se trata de un importante acontecimiento en la relación económica y comercial entre China y Chile. Esto favorece el aumento de confianza mutua política, el fortalecimiento de la amistosa relación y la completa cooperación bilateral. Especialmente beneficiará el mayor desarrollo de la relación económica y comercial. La visita del Presidente Hu abrió un nuevo capítulo en la historia de la relación económica y comercial entre China y Chile.
Con miras a las buenas relaciones política, económica y comercial existentes, la cooperación de economía y tecnología cuenta con amplios espacios y las relaciones económica y comercial encaran nuevas oportunidades de desarrollo.
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