China Radio International
(GMT+08:00) 2005-07-11 16:45:46    
Campos y ciudades de China: dos mundos en un país I

CRI
Una de las tías de Huang Yukui, secretario del núcleo del Partido de la aldea Jianbalahuang, en ciudad de Fuxin, provincia de Liaoning, vive en una aldea pobre en el oeste de dicha provincia. Tras haber trabajado duro por más de 10 años, ella y su marido siguen habitando la misma vieja casa de adobe. Lo que ganan con el cultivo del campo apenas les basta para sobrevivir. El hijo de ambos, que gana un sueldo mensual de 400 yuanes ($48,31) trabajando en una ciudad cercana, deberá economizar durante tres años para celebrar su boda. "Carente de seguro médico, la familia no sabe a qué atenerse cuando un familiar se enferma de gravedad", advierte Huang Yukui.
Pero la otra tía de Huang, cuyo marido es residente urbano, vive en un piso con aire acondicionado. Tienen televisor a color y una refrigeradora. La alimentación y el vestido para nada quitan el sueño al matrimonio, que cada año puede ahorrar 10.000 yuanes ($1.207,73).
"Ahora la gente rica de las ciudades envía a sus hijos a estudiar en el extranjero", continúa Huang Yuhui, "mientras que algunos niños en el campo tienen que dejar la escuela en el quinto o sexto grado de primaria debido a la pobreza".
Las estadísticas muestran que en 2003 el promedio de ingresos de los campesinos en China fue de 2.622 yuanes ($316,67), mientras que el de los residentes urbanos alcanzó los 8.500 yuanes ($1.026,57), más que el triple de los campesinos. Como contraste, la mayoría de los otros países tiene una tasa comparativa entre el ingreso urbano y rural de 1,5 a 1, según estadísticas del Banco Mundial.
Y más aún. De los 2.622 yuanes del ingreso anual de los campesinos, el 40 por ciento, o sea, 1.048,8 yuanes ($126,67), son objetos materiales y otro 20 por ciento se invierte en el cultivo del año siguiente. Resulta así que el ingreso disponible de un campesino es probablemente inferior a 1.000 yuanes ($120,77), en comparación con los residentes urbanos, que no tienen que ahorrar su dinero para la producción, mientras que gozan de la ventaja de toda clase de beneficios sociales, tales como el servicio médico y el seguro de desempleo.
Tres famosos expertos, a saber, Wang Shaoguang, Hu Angang y Ding Yuanzhu, advirtieron en su informe titulado "Inestabilidad social detrás de la prosperidad económica" en 2003, que la prosperidad económica no conduce necesariamente, o automáticamente, a la estabilidad social. En la historia china, las crisis sociales siempre ocurrieron mientras crecía la economía. La experiencia de muchos países en vías de desarrollo también enseña que el desarrollo económico injusto y desequilibrado puede resultar repentinamente en el estancamiento, la recesión o el derrumbamiento debido a la crisis social.
Actualmente, China ha entrado de nuevo en un período de inestabilidad social, según el informe, y el gobierno debe escuchar la voz del pueblo, aplicar una política de benevolencia, y resolver el descontento público.
Siendo un inmenso país agrícola, China tiene una población de 1.300 millones de habitantes, de los cuales 900 millones son campesinos. El problema de la agricultura, del área rural y de los campesinos ha sido un obstáculo principal para el desarrollo económico sostenido. El problema de los campesinos es el núcleo del problema, cuya clave reside en el aumento demasiado lento de los mismos. Si los campesinos no se enriquecen, China nunca se convertirá en un país rico.
Campesinos sin dinero
El primer ministro Wen Jiabao pronunció un discurso sobre la actual situación económica en una reunión de dirigentes de los organismos del Partido y el gobierno pertinentes. Al respecto dijo: "Si me preguntan cuál es el problema más difícil que enfrento, diría que sigue siendo el problema referente a la agricultura, las áreas rurales y los campesinos". Este problema no sólo se relaciona con el aumento de los ingresos de los campesinos y la expansión de la demanda del mercado, sino que también afecta el suministro del mercado y la estabilidad social, agregó Wen Jiabao.
La reforma económica de China se inició en el campo en 1978 y trajo beneficios materiales a los campesinos. Desde 1997, sin embargo, los labriegos han encontrado grandes dificultades para incrementar el dinero que va a sus bolsillos, lo cual se debe a tres razones fundamentales.
En primer lugar, el ingreso campesino se ha incrementado muy lentamente. De 1997 a 2003, en las áreas rurales, el índice del crecimiento anual del ingreso neto per cápita se mantuvo en menos del 5 por ciento por siete años consecutivos. En dicho lapso la cifra más baja fue de 2,1 por ciento y la más alta de 4,8 por ciento, con un promedio que sólo representa la mitad del de las áreas urbanas.
En segundo lugar, la brecha entre el ingreso urbano y rural ha estado aumentando año tras año. En 1997, el ingreso neto per cápita rural fue de 2.090 yuanes ($252,42), mientras que el ingreso disponible per cápita urbano, 5.160 yuanes ($623,19), lo que representa una relación de 1 a 2,47. En 2003, la misma aumentó a 1 a 3,24, con un ingreso per cápita rural de 2.622 yuanes ($316,67) y urbano de 8.500 yuanes ($1.026,57).
Tercero, los campesinos que sólo dependen de la producción cerealícola enfrentan aún mayores desafíos. En los últimos años, el exceso del suministro ha hecho bajar el precio de los productos agrícolas, lo que dio lugar a la declinación de los ingresos de los agricultores. En 1997, los ingresos medios de la producción agrícola fue de 1.268 yuanes ($153,14). Pero de 1998 a 2003, la cifra se redujo continuamente.
La disminución del ingreso derivado de la producción agrícola afecta directamente a los campesinos, muchos de los cuales tienen que irse a las ciudades para buscar empleo.
CRI