Nadie duda de que los electrodomésticos han liberado a una parte de la humanidad de tareas cotidianas tan necesarias como pesadas y aburridas, haciendo la vida diaria más cómoda y fácil. Sin embargo, el disfrute de unas condiciones de vida cada vez mejores propiciado por los avances tecnológicos no debe impedirnos ver la otra cara de la moneda: los perjuicios ocasionados a la naturaleza, el elemento realmente imprescindible, puesto que únicamente en ella puede la especie humana vivir y reproducirse. La degradación del entorno es cada vez más grave y los recursos naturales disminuyen minuto a minuto. Pero al mismo tiempo, se expande la conciencia de que la protección del medio ambiente y el ahorro de energía y recursos son de importancia vital para la supervivencia del planeta. A ello se le suman los esfuerzos realizados por innovadores científicos y técnicos de todo el mundo para proteger a la naturaleza contra los impactos de la actividad humana.
China es el mayor fabricante mundial de frigoríficos y congeladores, y uno de los principales consumidores. En nuestro país se venden al año varios centenares de millones de máquinas frigoríficas y en este sector las exportaciones chinas crecen a un ritmo anual de más del 10 %. La tasa de uso de estos electrodomésticos es del 85 % en las zonas urbanas y del 25 % en las rurales. Datos como los ofrecidos explican por qué el resto del mundo presta tanta atención a los fabricantes chinos de frigoríficos "verdes" y a los avances tecnológicos introducidos es su producción. Por otro lado, la generalización de este tipo de frigoríficos forma parte de una tendencia internacional, como lo demuestra el hecho de que actualmente treinta y siete países y regiones tengan sus propias marcas. Con el gigante asiático llegó también a la OMC u Organización Mundial del Comercio uno de los grandes fabricantes mundiales de electrodomésticos. Consciente de su responsabilidad, China está esforzándose al máximo por mejorar sus productos de bajo consumo y reducido impacto medioambiental, y dar así un importante paso hacia su adaptación perfecta al desarrollo socioeconómico de la comunidad internacional.
En los hogares chinos el uso electrodomésticos empezó a generalizarse a comienzos de la década de 1980, coincidiendo con la puesta en práctica de la política de reforma y apertura. En aquella época, las máquinas de coser, los televisores en blanco y negro, y las grabadoras eran las "tres grandes máquinas" de la vida cotidiana. Tras años de veloz desarrollo económico y la subsiguiente elevación del nivel de vida, aquellas "tres grandes máquinas" han sido reemplazadas por estos cuatro productos: los televisores en color de gran pantalla, las lavadoras automáticas, los acondicionadores de aire de bajo consumo y los refrigeradores ecológicos. Estos últimos son ya los electrodomésticos más comprados por los chinos, señal inequívoca de que la mentalidad de los consumidores se acerca a las modernas propuestas para proteger el entorno y economizar recursos. Los refrigeradores convencionales consumen demasiada electricidad y producen grandes cantidades dióxido de de carbono; es decir, malgastan energía y contaminan el medio ambiente. Una señora normal y corriente llamada Qian Changxia ha ido con su familia a un gran centro comercial de Beijing y ha comprado un refrigerador un poco más caro: un refrigerador ecológico. ¿Por qué?, quiso saber nuestro reportero:
"Es que este tipo de refrigerador además de ser muy lindo, gasta y contamina menos: ¡es ideal! Toda la familia estamos muy contentos de haberlo comprado".
El refrigerador de 208 litros que acababa de comprar la señora Qian Changxia consume al día menos de un kilovatio-hora. Qian Changxia calcula que con su nuevo refrigerador la cuenta de la electricidad bajará bastante, ya que el viejo, comprado hace unos diez años, consume más del doble. Como muy bien dijo, si se tiene en cuenta el ahorro de electricidad, a pesar de ser más caro que los convencionales a la larga resulta más barato.
La mitad de los 130 millones de frigoríficos convencionales existentes actualmente en China se encuentran en los hogares de la gente común y corriente. Durante los próximos quince años ?su periodo de vida útil?, consumirán un total de 601 000 [seiscientos un mil] millones de kilovatios-hora, cifra que equivale a una inversión de más de 40 000 millones de yuanes, unos 4 800 millones de dólares. Al mismo tiempo, las grandes cantidades de emisiones de dióxido de carbono generadas por los frigoríficos convencionales agravarán el efecto invernadero. Si en los próximos quince años China los reemplaza por frigoríficos "verdes", en un año se ahorraría más de la mitad de lo que produce la Central Hidroeléctrica de Gezhouba, donde en el 2004 se generaron 170 000 millones de kilovatios-hora. Además, con esta sustitución las inversiones nacionales podrían reducirse anualmente en unos 10 000 millones de yuanes, cerca de 1200 millones de dólares. En la actualidad, la mayoría de los frigoríficos que se venden en china son de bajo consumo y respetuosos con el medio ambiente. Ello se debe a la eficaz campaña de promoción auspiciada por el gobierno chino para difundir el uso de este tipo de electrodomésticos. Escuchemos seguidamente a Song Xiaozhi, funcionaria de la Administración Nacional para la Protección del Medio Ambiente:
"En los últimos años, el gobierno chino viene prestando una atención creciente a la protección medioambiental. Las principales manifestaciones concretas de ese interés son el perfeccionamiento de los electrodomésticos ecológicos y la difusión masiva de su uso, con lo que esperamos proteger eficazmente el medio ambiente y obtener enormes beneficios económicos y sociales. Por otro lado, en general los ciudadanos son más conscientes de la necesidad de economizar los recursos y de cuidar el entorno".
En los últimos años, en el mercado nacional las ventas de frigoríficos ecológicos superan los catorce millones de unidades anuales. El número de consumidores que descubren las ventajas de este tipo de electrodoméstico es cada vez mayor.
Resuelto a potenciar la economización de los recursos y la protección de la naturaleza, en 1998 el gobierno chino inició una campaña para promover la producción y el uso de frigoríficos ecológicos sin freón. Además, participó en un ambicioso programa de cooperación internacional para apoyar la publicidad comercial de los productos "verdes". Sun Xuefeng, responsable de dicho programa y funcionario de la Administración Nacional para la Protección del Medio Ambiente, nos puso al corriente de la situación general:
"El nivel de los diseños realizados por los fabricantes para sus frigoríficos y compresores se ha elevado mucho; los ciudadanos cada vez conocen mejor las ventajas de los nuevos electrodomésticos; se han eliminado las barreras que dificultaban la venta y el libre juego de la oferta y la demanda; y se ha creado un ambiente comercial favorable, logros todos ellos que nos acercan a nuestra meta de economizar recursos y proteger el medio ambiente".
Así pues, desde 1998, con el apoyo del gobierno chino, los fabricantes y los comercializadores de frigoríficos ecológicos y el sector chino de los electrodomésticos en general han llevado a cabo una serie de actividades divulgativas sobre la fabricación de modelos ecológicos. Entre ellas son de destacar las relacionadas con la ayuda técnica y la formación de personal para las empresas dedicadas a la fabricación, distribución y venta de frigoríficos ecológicos y compresores. No menos importante es la iniciativa de divulgar entre los ciudadanos una serie de útiles consejos para ahorrar energía y preservar al mismo tiempo el medio ambiente. En este sentido, la publicidad que aparece en los medios de comunicación cumple un doble propósito comercial y formativo.
El mencionado programa nacional contempla la desaparición total de los frigoríficos convencionales en un plazo de quince años, lo que supondría para China un ahorro energético del 20 % anual, ya que los electrodomésticos reducirían su consumo de electricidad en 120 000 millones de kilovatios-horas o, lo que viene a ser lo mismo, 71 millones de toneladas de carbón. Y lo que es igualmente importante, las emisiones de dióxido de carbono disminuirían en 143 millones de toneladas.
CRI
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