 Según un dicho popular chino, la luna llena de otoño es la más brillante del año. Y es verdad. En invierno hace demasiado frío para salir a mirar la luna; en verano llueve mucho y el cielo suele estar cubierto de nubes; la primavera es muy ventosa. La mejor estación para contemplar la luna es el otoño, época de aire fresco y cielos despejados.
En Beijing, el otoño es una estación preciosa: la temperatura es muy agradable y casi todos los días el cielo permanece azul.
Afortunadamente, hoy también hace buen tiempo. Así que esta noche será ideal para contemplar la luna.
La canción que estamos escuchando es una canción folklórica de Guangdong, provincia del sur de China.Parte de la letra dice así: «Miro a lo lejos desde la playa. Amor mío, ¿cuándo regresarás a mi lado? Repito tu nombre en voz baja. La planta que sembramos ya es un árbol. Dime, amor mío, ¿cuándo volveremos a vernos?».
De hecho, en torno a la Fiesta del Medio Otoño existen muchas leyendas. A parte de la anécdota sobre los mongoles que hemos contado a nuestros oyentes no hace mucho, una de las leyendas más conocidas es la que narra la excursión de Ming Huang, emperador Tang, al Palacio de la Luna.
Según una tradición, la Fiesta del Medio Otoño comenzó a celebrarse en tiempos de la dinastía Han y fue popularizándose a lo largo de la dinastía Tang. En los Tang Yi Shi o Anales de la dinastía Tang leemos que un día 15 del octavo mes lunar, Ming Huang, emperador Tang, organizó festejos populares en su palacio. Además de iluminarlo con grandes lámparas, ordenó que varias orquestas amenizaran la velada con su música. Entonces preguntó a un sacerdote taoísta: «¿Qué pasará esta noche en la luna?». Y el sacerdote le contestó: «Esta noche, en el Salón Fresco del Palacio de la Luna se celebrará una gran fiesta con bailes y danzas». Cuando el emperador le comunicó su deseo de asistir, el sacerdote taoísta le dijo: «Cierre los ojos y sígame; le llevaré al Salón Fresco del Palacio de la Luna» . Cuando el cielo y la tierra se llenaron de hadas de sedosas alas ataviadas con finas telas y vírgenes cantando al son de flautas y cítaras, el emperador vio cumplido su deseo.
Otra de las leyendas más populares relacionadas con nuestro astro vecino es la de Chang E: en la luna vive una dama que fue esposa de Hou Yi, el personaje mitológico que con su arco abatió nueve de los diez soles existentes para que dejarán de dañar los cultivos. Como recompensa, la soberana de la corte celestial le dio un elixir de la inmortalidad. Después de haberlo probado a escondidas, Chang E llegó en volandas hasta la luna para no regresar jamás. Se cuenta que la única compañía que tiene en el Palacio de la Luna es un conejo blanco jade que no para de machacar sustancias medicinales.
(CRI)
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